Desde los primeros días de la Iglesia, la comunidad cristiana era muy consciente de lo contracultural y desafiante que era seguir el estilo de vida cristiano en medio de una sociedad no creyente. Por lo tanto, se eligió a un padrino que fuera un católico ejemplar y comprometido para que fuera el compañero espiritual del candidato al bautismo y la confirmación.

A medida que nuestra sociedad se aleja cada vez más de sus raíces cristianas, el papel de los padrinos se vuelve cada vez más importante. Un padrino tiene tres funciones principales: ayudar al candidato a prepararse para la Confirmación, presentar al Candidato para la Confirmación y, junto con los padres, ayudar a la persona confirmada a vivir fielmente su vida cristiana.

Se requieren patrocinadores:

• Tener 16 años de edad
• Estar registrado en una parroquia activa y la práctica de la fe católica
• Estar completamente iniciado a la Iglesia Católica a través de los sacramentos del bautismo, la confirmación y la Sagrada Comunión
• Estar participando regularmente dentro de la comunidad parroquial y la recepción de los sacramentos, sobre una base regular
• Para los casados…  Tener válidamente matrimonio de acuerdo con las leyes de la Iglesia Católica
• No estar vividendo un estilo de vida públicamente y objetivamente contrarios a la moral católica: I, e … no estar viviendo con otra persona, (si no está casado)

Ser padrino sacramental no es un derecho ni un honor en la Iglesia Católica. Es un privilegio que conlleva las más impresionantes responsabilidades espirituales. Porque no es simplemente como pariente o amigo que el padrino asume la responsabilidad de la educación cristiana del receptor. El papel del padrino es dar testimonio de la fe y mostrarla viviendo una vida en armonía con lo que profesa creer. En un sentido muy real, el patrocinador también actúa como representante de la comunidad católica de fe.

Es costumbre tener un patrocinador para la confirmación.